martes, 28 de septiembre de 2010

Cómo hacer evangelismo personal


Cómo hacer evangelismo personal
Gilberto Abels
Evangelismo personal es tener, con una persona, una conversación acerca del destino de su alma y su relación con Dios. Es enfrentar a la persona con su condición perdida en pecado y enseñarle el perdón que Dios le ofrece por medio de la cruz. Es dar a la persona una oportunidad de poner su fe en Jesucristo y recibir el perdón de pecado, más la vida eterna.
Conozco a un pastor bi-vocacional que ha trabajado por muchos años, aun tomando de su propio dinero para construir un templo, sin éxito alguno. Viene poca gente a su iglesia. El problema es que él no predica el nuevo nacimiento porque cree que todo mundo va a ser salvo - que a fin de cuentas Dios va a ignorar el pecado de todos y llevarlos al cielo. Él, por su equivocación doctrinal, cree que está predicando el amor de Dios, sin embargo no está ofreciendo a la gente ninguna esperanza. Su predicación deja a la gente en su pecado, sin perdón. ¡Y no sabe porque su iglesia no crece!
Este artículo es una explicación de como guiar a una persona a Cristo. Si usted no lo puede hacer, su ministerio no tiene futuro porque usted no tiene nada que ofrecerle a la gente. Usted como ministro no puede hacer nada por la gente, pero Cristo ya ha hecho todo en la cruz del calvario, y sigue transformando las vidas de "todo aquel que en él cree." Usted, como ministro del evangelio, necesita saber como convencer a una persona de que está "perdido" en pecado, antes de que pueda ser "salvo" en Cristo.
De ejemplo le dejo la historia de un vendedor de seguros de vida. Decía que no podía vender una póliza de seguro de vida, hasta poder hacer a la persona imaginar la carroza llegando a su casa a llevar su cadáver a la funeraria. Hasta que la persona comprendiera su mortalidad, y aun pudiera imaginarse muerto, no compraba una póliza de vida para el bien de su familia. Igual en lo espiritual, si una persona no se ve a sí mismo como perdido en su pecado jamás va a pedir ser salvo. Enfrentar a la persona con su realidad espiritual, no es un tema de mal gusto, es la historia de amor más grande del mundo. "Que aun siendo pecadores Cristo murió por nosotros."
A. Enseguida consideremos como tratar con personas que no rechazan el evangelio y desean saber como ser salvos. Son las personas más fáciles de tratar, pero que necesitan una buena explicación de como recibir a Cristo como su Salvador personal.
1.Demostrarle que Jesús llevó nuestros pecados. Enseñarle que Cristo llevó nuestro pecado en su cuerpo en la cruz y nos puede dar perdón de pecado.
"Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros." Isaías 53:6
"Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)." Gálatas 3:13
"Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él." 2 Corintios 5:21
2. Demostrarle que Jesús es el Salvador resucitado y nos puede salvar completamente. Enseñarle que Cristo no solo da perdón de pecado sino que nos puede librar del poder del pecado sobre nuestra vida.
"Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos." Hebreos 7:25
"Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaos sin mancha delante de su gloria con gran alegría." Judas 24
3. Demostrarle a Jesús como Señor. No es suficiente conocer a Cristo como nuestro Salvador, también tiene que ser Señor de nuestra vida.
"Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quién vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo." Hechos 2:36
"Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo." Romanos 10:9
4. Demostrarle como apropiarse de Jesús. Enseñarle que no es suficiente saber que Cristo cargó en sí nuestro pecado, que es el Salvador resucitado, y que Jesús es Señor; sobre todo tiene que aceptar que Cristo hizo todo esto por él mismo. Poder decir, "Llevó mis pecados; es mí Señor."
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios." Juan 1:12
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Juan 3:16
5. Demostrarle la necesidad de confesar a Cristo en voz alta. Enseñarle a confesar a Cristo abiertamente, si no esta conversación no ha terminado satisfactoriamente. La persona no ha recibido a Cristo; no es "salvo."
"Que si confesáis con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación." Romanos 10:9,10
6. Demostrarle que la salvación de Cristo es segura. Enseñarle que puede estar seguro que es hijo de Dios.
"El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." Juan 3:36
"A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos." Mateo 10:32
7. Demostrarle como vivir la vida cristiana. No es suficiente que la persona reciba a Cristo; hay que enseñarle a tomar los primeros pasos en la fe.
a. Estudiar la palabra de Dios y memorizarla: "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti." Salmo 119:11; "Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación." 1 Pedro 2:2
b. Orar a Dios: "Orar sin cesar." 1 Tesalonicenses 5:17; "Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán." Isaías 40:31
B. La mayoría de la gente está demasiado ocupada para pensar en las cosas de Dios. Peor aun, tienen poca preocupación por su salvación. Es nuestro trabajo, al encontrar una persona sin preocupación por la salvación de su alma, producir en él esa preocupación. Así se hace.
1. Demostrarle que delante de Dios es un gran pecador. Enseñarle que no ha puesto a Dios en primer lugar en su vida y que algún día tendrá que rendir cuentas a Dios por sus acciones.
"Jesús les dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento." Mateo 22:37,38; "De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí." Romanos 14:12
2. Demostrarle las horribles consecuencias del pecado. Enseñarle el significado literal, espiritual y eterno de la "muerte."
"Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos 6:23; "No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos." Isaías 57:21
3. Demostrarle que su falta de fe en Cristo es ofensiva a Dios. Enseñarle que no hay nada peor que no creer en Cristo.
"El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas." Juan 3:18,19; "Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?" Hechos 2:36,37
4. Demostrarle las consecuencias trágicas de no creer. Enseñarle que sin fe es imposible agradar a Dios. (He cambiado la palabra acercarse por agradar ya que acercarse es posible si se hace buscando el perdón. De lo contrario el pecador entendería que al no poder acercarse nunca tendría esperanza de recibir perdón)
"Pero sin fe es imposible agradar a Dios." Hebreos 11:6; "Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis." Juan 8:24; "Otra vez les dijo Jesús: Yo me voy y me buscaréis, pero en vuestro pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis venir." Juan 8:21
5. Demostrarle que lo único que se tiene que hacer para estar perdido es ignorar la salvación que Dios le ofrece. Enseñarle que no es necesario estar hundido en los vicios para estar separado de Dios.
"¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron." Hebreos 2:3; "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él." Juan 3:36
6. Demostrarle el maravilloso amor de Dios para con él. Enseñarle el gran amor que Dios le tiene personalmente.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Juan 3:16; "¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia, y longanimidad, ignorando que su amor te guía al arrepentimiento?" Romanos 2:4; "Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados." 1 Pedro 2:25
Usted como ministro del evangelio tiene que tener este argumento bien aprendido para poder dar una explicación a todos de la esperanza que ofrece la fe cristiana. Si usted no ha oído esta discusión antes, hoy es su día de salvación. No deje que pase un momento más sin recibir todo el amor de Dios para usted - el perdón de pecado, una vida nueva en Cristo, y un futuro eterno en Su presencia, todo como un hijo de Dios por fe.
Usted como ministro del evangelio tiene que enseñar a sus congregantes o personas discipulados bajo su ministerio a compartir también su fe con otros. Es tan sencillo como hacer la pregunta, "¿Si usted se muriera hoy, está 100% seguro de que irá al cielo?", y luego dar la respuesta de como se puede saberlo con seguridad. El que gana almas es sabio. Que Dios le bendiga con un ministerio sabio.

SANTIDAD

En el Antiguo Testamento el hebreo Kadosch (santo) significaba estar separado de lo secular o profano y dedicado al servicio de Dios. El pueblo de Israel se conocía como santo por ser el pueblo de Dios.
La santidad de las criaturas es subjetiva, objetiva o ambas. Es subjetiva en esencia por la posesión de la gracia divina y moralmente por la práctica de la virtud. La santidad objetiva en las criaturas denota su consagración exclusiva al servicio de Dios: sacerdotes por su ordenación; religiosos y religiosas por sus votos; lugares sagrados, vasos y vestimentas por la bendición que reciben y por el sagrado propósito para el cual han sido reservados. 
La santidad de Dios identificaba su separación de todo lo malo.
Los seres humanos son santos cuando se apartan del pecado y viven según la voluntad de Dios.
Jesús es EL SANTO que santifica a todos quienes a El se acercan“El divino Maestro y Modelo de toda perfección, el Señor Jesús, predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida, de la que Él es iniciador y consumador: Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48)  ... Quedan, pues, invitados y aun obligados todos los fieles cristianos a buscar insistentemente la santidad y la perfección dentro de su estado”  .-Vat II, Lumen gentium, 40.42
Por el Bautismo todos somos llamados a la santidad. La santidad es la presencia de Dios reinando en el corazón del creyente. La Iglesia comunica las gracias necesarias que proceden de los méritos de Jesucristo. 
Amar a Dios sobre todoEl le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.  Este es el mayor y el primer mandamiento. Mateo 22:37-38
Muchos se entusiasman por Cristo, pero como la semilla que cae en mala tierra, no perseveran, se dan así mismos "permiso" para aflojarse y pronto se quedan atados a los gustos y preocupaciones que desplazan a Dios del centro de sus vidas. “Aunque me canse, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera” -Santa Teresa, Camino de perfección, 21, 2
Querer ser santos:La Santidad es obra de Jesús pero El no se impone. Requiere la respuesta libre del hombre. Quien ama a Dios desea responderle con todo el corazón, se esfuerza y persevera con la ayuda de la gracia para vencer la tendencia de la carne (pecados capitales) 

Hay ambiciones que son pecaminosas y otras que son necesarias para la santidad. San Pablo dice:  "¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente" I Corintios 12:31. Ese camino es el amor a Dios y al prójimo puesto en práctica, imitando el amor perfecto que es Jesús. No desear otra cosa que agradarle en todo. Cuando agradarle requiere abrazar la cruz, bendita sea. Todo por por El y para El.
 
Aspirar a la santidad es vivir humildemente para Dios: "¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?  De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer." Lucas 17,9-10

“Es propio de un alma cobarde y que no tiene la virtud vigorosa de confiar en las promesas del Señor, el abatirse demasiado y sucumbir ante las adversidades” -
San Basilio, Homilía sobre la alegría

“El alma que ama a Dios de veras no deja por pereza de hacer lo que pueda para encontrar al Hijo de Dios, su Amado. Y después que ha hecho todo lo que puede, no se queda satisfecha, pues piensa que no ha hecho nada” -San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 3, 1.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. Como el ciervo desea las fuentes de las aguas, así te desea mi alma, oh Dios... ¿Cuándo vendré y apareceré ante la cara de Dios? -Sal. 41.


Un deseo concreto, que se aplica cada día.
¡Perseverancia!





 “Me dices que sí, que quieres. -Bien, pero ¿quieres como un avaro quiere su oro, como una madre quiere a su hijo, como un ambicioso quiere los honores o como un pobrecito sensual su placer?
“-¿No? -Entonces no quieres”
J. Escriva de Balaguer, Camino, n. 316



Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?  Mateo 16:26No esperar frutos fáciles. Es lucha de toda una vida

“Hay, pues, que tener paciencia, y no pretender desterrar en un solo día tantos malos hábitos como hemos adquirido, por el poco cuidado que tuvimos de nuestra salud espiritual” - J. Tissot, El arte de aprovechar nuestras faltas, p. 14.
Tener esperanza. Si esta faltara, no seguiremos en la lucha. Creer que la santidad es inalcanzable es una gran tentación. ¡Es mentira!.  Es escapismo. Si. Podemos ser santos porque Dios da la gracia y los medios. Dios no falla. Muchos han sido los grandes pecadores que llegaron a ser santos. Leamos la vida de San Pablo y San Pedro. Leamos los Hechos de los Apóstoles para ver la obra del Espíritu.
LOS SANTOS Y NOSOTROS
Según el Concilio Vaticano II

En la vida de aquellos que siendo hombres como nosotros, se transformaron con mayor perfección en imagen de Cristo (2 Cor 3,18) Dios manifiesta al vivo entre los hombres su presencia y su rostro.

Veneramos la memoria de los Santos del cielo, con la unión de toda la iglesia por su ejemplaridad; pero en el espíritu se vigorice por el ejercicio de la caridad fraterna (Eph, 4 1-6). Porque así como la comunión cristiana entre los viadores nos acerca más a Cristo, así el consorcio con los Santos nos une a Cristo de quién, como de fuente y cabeza, dimana toda la gracia y la vida del pueblo de Dios. Es, por tanto, sumamente conveniente que amemos, a estos amigos y coherederos de Cristo, hermanos también y eximios bienhechores nuestros; que rindamos a Dios las gracias que les brindemos por ellos, los invoquemos humildemente, y que para impetrar de Dios beneficios por medio de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor que es el único Redentor y Salvador nuestro, acudamos a sus oraciones, protección y socorro “ Todo genuino testimonio de amor que ofrezcamos a los bienaventurados se dirige, por su propia naturaleza, a Cristo y termina en EL, que es la Corona de todos los Santos, Por EL va a Dios que es admirable en sus Santos y en ellos es glorificado. (L.G. N. 50).